Las elecciones presidenciales en Estados Unidos son únicas y complejas, y atraen la atención mundial debido a sus particularidades. En 2020, más de 159 millones de votantes participaron, con 81 millones para Joe Biden y 74 millones para Donald Trump. A pesar de este enorme número de votos, el sistema de elección no se basa en el voto popular directo, sino en el Colegio Electoral, donde Biden obtuvo 306 votos electorales frente a los 232 de Trump, superando los 270 votos necesarios para ganar la presidencia. En 2024, se espera que la estructura del Colegio Electoral siga siendo de 538 electores, con 270 como el umbral para la victoria.
Aquí exploramos algunos datos curiosos y únicos que ayudan a comprender mejor este sistema electoral.
1. ¿Por qué las elecciones son en noviembre y un martes?
Las elecciones presidenciales en EE.UU. se celebran el primer martes después del primer lunes de noviembre, una tradición que data de 1845, cuando el país era principalmente agrícola. Los legisladores eligieron un martes para no interferir con el día de mercado, generalmente miércoles, ni con el domingo, día de descanso religioso. Noviembre fue elegido porque era el mes posterior a la cosecha, permitiendo a los agricultores participar sin riesgo para su trabajo agrícola
2. El Colegio Electoral: el presidente no se elige por voto popular directo
El presidente en EE.UU. no es elegido directamente por el voto popular, sino por el Colegio Electoral. Cada estado tiene un número específico de votos electorales basado en su población y en su representación en el Congreso, sumando un total de 538 votos. Para ganar, un candidato necesita al menos 270 votos electorales. La cantidad asignada a cada estado depende de su representación en el Congreso: dos votos por sus senadores y al menos uno por sus representantes en la Cámara. Esto hace que estados como California, con 55 votos electorales, y Texas, con 40, tengan un gran peso en el resultado final.
3. Contraste en representación entre California y Wyoming
California, el estado más poblado, tiene 55 votos electorales, mientras que Wyoming, uno de los menos poblados, tiene solo 3. Esta disparidad genera una diferencia notable en la representación: en Wyoming, cada voto individual tiene un valor proporcionalmente mayor que en California, dado el menor número de votantes. Este aspecto ha sido motivo de debate, pues algunos consideran que el Colegio Electoral da una representación desproporcionada a los estados pequeños.
4. Estados “bisagra” y su importancia en el resultado final
Estados como Florida, Pensilvania, Michigan y Wisconsin son conocidos como “bisagra” porque su votación puede variar entre partidos en cada elección. Estos estados suelen decidir el resultado, y los candidatos enfocan allí gran parte de sus campañas. En 2020, estos estados fueron claves para la victoria de Joe Biden, ya que ganar el voto popular en cada uno le otorgó todos sus votos electorales debido al sistema de “el ganador se lleva todo”.
5. El impacto del voto anticipado y por correo
La tendencia de voto anticipado y por correo alcanzó un récord en 2020, impulsada por la pandemia. Cerca de 100 millones de personas votaron antes del día de la elección, lo cual representa casi dos tercios de todos los votos emitidos. Este cambio transformó las estrategias de campaña y demuestra que los votantes buscan cada vez más opciones de votación anticipada.
6. Ganar el voto popular no garantiza ganar la presidencia
Uno de los aspectos más controvertidos del sistema es que un candidato puede ganar el voto popular y perder la presidencia. Esto ha sucedido cinco veces en la historia de EE.UU., incluidas las elecciones de 2000 y 2016, cuando Al Gore y Hillary Clinton ganaron el voto popular pero perdieron en el Colegio Electoral ante George W. Bush y Donald Trump, respectivamente. Esta situación ha generado un debate sobre la representatividad del sistema.
7. Electores “infieles” y su rol en el Colegio Electoral
Los miembros del Colegio Electoral, conocidos como electores, son seleccionados por los partidos en cada estado y suelen votar según los resultados del voto popular en su estado. Aunque se espera que respeten esta voluntad, en algunos casos raros existen “electores infieles”, quienes votan de manera diferente. Aunque infrecuente, este fenómeno añade imprevisibilidad al sistema electoral. Un caso reciente ocurrió en 2016, cuando diez electores decidieron votar en contra del mandato de sus estados. Cuatro de ellos, en Washington, se desviaron de Hillary Clinton y votaron por Colin Powell y otros candidatos como forma de protesta. Este número de electores infieles es uno de los más altos en la historia reciente.
8. Encuestas cerradas y la carrera ajustada entre Harris y Trump
A medida que se acercan las elecciones de 2024, las encuestas muestran una competencia sumamente reñida entre Kamala Harris y Donald Trump. Según un análisis reciente del The New York Times, los números reflejan una leve ventaja de Harris en algunas regiones clave, pero Trump ha recortado significativamente esa diferencia en los últimos días. La cerrada competencia actual subraya la importancia de los estados bisagra, como Pensilvania, Georgia y Arizona, los cuales probablemente decidirán el resultado final en el Colegio Electoral. La pequeña ventaja de Harris y la volatilidad del apoyo a Trump revelan una polarización continua entre el electorado estadounidense.
¿Qué esperar en las elecciones de 2024?
Para 2024, los expertos consideran que algunos estados, como California, Nueva York y Massachusetts, serán seguros para el candidato demócrata (actualmente Kamala Harris), mientras que Texas, Alabama y Tennessee probablemente apoyen al candidato republicano (Donald Trump). Sin embargo, los estados bisagra como Florida, Pensilvania, Michigan y Georgia estarán en disputa y podrían definir el resultado final. Estos estados reciben la mayor atención de las campañas, ya que sus resultados pueden ser decisivos en el equilibrio de los votos electorales necesarios para alcanzar los 270.
Este sistema resalta cómo el Colegio Electoral y los estados clave influyen en los resultados de las elecciones, lo cual lleva a una campaña electoral que se centra en los estados en disputa y le da un peso estratégico al voto en estos lugares. A lo largo de la historia, presidentes como Abraham Lincoln, Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy han llegado al poder a través de este complejo sistema, mostrando cómo la democracia estadounidense se adapta a sus tradiciones y desafíos.