Al completar más de 1500 km en bicicleta con una carga de 45 kilos y superar dificultades como el calor, la lluvia, el viento en contra, el hambre y las subidas más complicadas en las montañas y sierras con más de 1800 m sobre el nivel del mar; situaciones físicas realmente muy adversas, confirmo que no superaron a la principal dificultad del viaje; dar el primer paso, soltar los nudos de la garganta e ignorar el miedo al famoso que dirán.
Durante el viaje la bicicleta te libera y te conecta con la naturaleza, te vuelve minimalista y te abre nuevos paradigmas de vida. Ahora lo descubrí. Mientras escribo este artículo me encuentro en el sur de Brasil y casi llegando a la mitad de mi meta del viaje.
La ruta en los primeros días.
Obviamente antes de viajar se necesitará hacer una buena planificación del viaje y los lugares a recorrer. Establecer una distancia de recorrido prudente por día es lo ideal, así uno puede planificar fácilmente su tiempo por día como también el punto de salida y la llegada. En mi caso viajo entre 50 y 85 km por día dependiendo de la altimetría de la zona.
En mi primer día ya la lluvia me dio la bienvenida y me invitó generosamente a desviar el camino planificado. Al principio quería llegar de Asunción a Paraguarí (73 km), sin embargo la lluvia decidió que me quedara en Yaguarón (53 km de la capital paraguaya).
A la vez la naturaleza en mi primer día me hizo conocer un hermoso lugar, nuevos amigos e incluso un lugar donde pernoctar. Así fue que empecé a conocer los cuarteles de Bomberos, como el de Yaguarón, donde en mi primera noche dormí en una cómoda cama y pasé horas de hermosas charlas con los bomberos voluntarios, mientras compartíamos una rica cena. Además, me regalaron un parche de insignia que coloqué en la alforja de la bicicleta. Al otro día la lluvia no me permitió hacer el cerro jejupi (subir) y tuve que continuar mi camino rumbo a Paraguarí.
En mi segundo día en Paraguarí, otra vez una hermosa lluvia me dirigió al cuartel de bomberos de esta ciudad y de nuevo pude compartir horas de charlas. En Paraguarí solo pude hacer tomas fotográficas, pero tampoco pude subir en el Cerro Hu a causa de la lluvia.
En el tercer día completé los primeros 100 km en bicicleta y crucé hermosas ciudades, en las que sus pobladores me regalaron horas de compañía, comidas y lugares donde descansar. Llevo registrados muchos paisajes y fotos de hermosas personas que conocí en el camino, pero también llevo registros guardados en mi corazón.
En los primeros días de mi viaje crucé ciudades y comunidades como; Yaguarón, Paraguarí, Carapeguá, Roque González, Comandante Carmelo Peralta, Villa Jardín y la hermosa Quiindy.
Cada día ganaba más confianza y experiencia en el viaje, que empecé también a usar una herramienta clave: sonreír y pedir.
Luego de cruzar Quiindy, la ciudad de las pelotas, llegué al Valle Apúa, un hermoso pueblo de la carpintería, posteriormente llegué a Caapucú y terminé mi recorrido por el departamento de Paraguarí llegando al río Tebicuary.
Río Tebicuary, Villa Florida, Paraguay
Los preparativos previos.
Para emprender un viaje largo en bicicleta lo primero que hice fue una adaptación física, cambié mis hábitos alimenticios, agregando además, ayunos intermitentes una vez a la semana, luego hice una adaptación dejando de usar el aire acondicionado como también empecé a usar solo aislante para dormir.
Sin embargo debo decir que conozco a personas que salieron de viaje en bicicleta y los cambios alimenticios y del ambiente los adquirieron ya en la ruta. Es que un cicloviajero se adapta y se va haciendo en el camino.
Luego me puse a buscar una bicicleta aplicada al cicloturismo que es la gravel, ya que son similares a las de carrera, pero usan ruedas adaptadas para circular por fuera del asfalto, fusionando así la bicicleta de montañas con la de carreras.
Conseguir una bicicleta gravel sería lo ideal, no obstante conozco también cicloviajeros que usan bicicletas de montañas, bicis de un solo piñón e incluso bixies para viajar. Al Igual que la alimentación y las adaptaciones previas, la bicicleta no es un factor condicionante, y el cicloviajero en realidad deberá cumplir solo el principal requisito: las ganas de viajar.
Desde el momento de contar con la bicicleta y las adaptaciones previas, ahora necesitarán comprar las alforjas o mandar fabricarlas a algún costurero. En Paraguay es difícil conseguir alforjas así que lo mejor es mandar fabricarlas adaptado al tamaño de los portabultos y la bicicleta.
En otro artículo más adelante hablaremos de las cosas que hay que llevar y no llevar en los viajes, además les voy a contar toda la travesía y los hermosos lugares del departamento de Misiones.