Las elecciones municipales de Brasil en 2024 ofrecen un adelanto de lo que podría ser la carrera presidencial de 2026, aunque es crucial destacar las diferencias entre estos dos tipos de comicios. Si bien las elecciones locales muestran la fuerza territorial de los partidos, las elecciones presidenciales requieren una estrategia nacional más sofisticada y una movilización mucho más amplia.
- Crecimiento de los partidos en las elecciones municipales
En 2024, el Partido de los Trabajadores (PT) mostró un crecimiento del 31% en comparación con las elecciones de 2020, al pasar de 182 a 238 municipios. Sin embargo, los grandes ganadores fueron el Partido Social Democrático (PSD) con 887 municipios y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) con 862. El Partido Liberal (PL), vinculado a Bolsonaro, también experimentó un notable crecimiento, alcanzando 520 prefeituras, un aumento del 50.72%. Este avance del PL demuestra la capacidad de Bolsonaro para seguir captando la atención de un electorado considerable a pesar de no estar en la presidencia.
- São Paulo: Un microcosmos de la polarización
El verdadero laboratorio político de Brasil es la ciudad de São Paulo, donde una segunda vuelta está programada para el 27 de octubre entre Ricardo Nunes (MDB), apoyado por Bolsonaro, y Guilherme Boulos (PSOL), respaldado por Lula. Esta disputa refleja perfectamente la polarización entre bolsonarismo y lulismo. La ajustada diferencia de solo 25.015 votos entre ambos candidatos indica lo reñida que está la competencia. Nunes obtuvo el 29,48% de los votos, mientras que Boulos consiguió un 29,07%. Pablo Marçal, la gran sorpresa con 28,14% de los votos, ahora juega un papel crucial, ya que sus votantes podrían inclinar la balanza en la segunda vuelta. La contienda es impredecible, y ambos candidatos están cortejando activamente a los votantes de Marçal.
- Minas Gerais: El PT fuera de la carrera
Minas Gerais, el segundo estado con más electores en Brasil, también será clave en las elecciones presidenciales. En la capital, Belo Horizonte, la segunda vuelta enfrenta a Bruno Engler (PL) contra Fuad Noman (PSD). El PT quedó fuera de la competencia, con su candidato Rogerio Correia logrando solo el 4,5% de los votos. Este resultado subraya los desafíos que el PT aún enfrenta en regiones clave como Minas Gerais, donde la disputa política está más centrada en los partidos de derecha y centro-derecha.
- Río de Janeiro: El respaldo de Lula a Paes
En Río de Janeiro, Eduardo Paes (PSD) fue reelegido en la primera vuelta con el 60,26% de los votos, derrotando al candidato bolsonarista Alexandre Ramagem, quien obtuvo un 30,81%. El respaldo de Lula fue clave para que Paes consolidara el apoyo necesario y evitara una segunda vuelta. Este resultado demuestra la importancia de las alianzas estratégicas en las elecciones locales, donde la influencia de Lula sigue siendo determinante.
- El noreste de Brasil: Bastión del PT
El noreste sigue siendo un bastión clave del PT. En estados como Bahía, Ceará y Pernambuco, el PT consolidó su liderazgo, obteniendo victorias en municipios importantes gracias a su base leal de votantes que valoran las políticas sociales del partido. Aunque otros partidos, como el PSD y el MDB, ganaron espacio en algunas regiones, el noreste sigue siendo una de las áreas más sólidas para el lulismo, algo que será crucial para las elecciones presidenciales.
- Rio Grande do Sul: Fortaleza del bolsonarismo, pero con avances del lulismo
En Rio Grande do Sul, un estado tradicionalmente conservador, el bolsonarismo se consolidó como una fuerza dominante. El Partido Liberal (PL) obtuvo importantes victorias, especialmente en zonas rurales y pequeñas ciudades. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores (PT) logró algunos triunfos importantes en ciudades clave, lo que demostró que el lulismo no está completamente fuera de juego en esta región.
Una de las victorias más destacadas del PT fue en Pelotas, una de las ciudades más grandes del sur de Rio Grande do Sul, donde el lulismo mantuvo su influencia. Además, en áreas urbanas de Porto Alegre, la capital del estado, aunque el PT no ganó, sigue contando con un electorado significativo, lo que muestra que, incluso en un bastión del conservadurismo, el lulismo tiene puntos de apoyo importantes.
- Las elecciones municipales no son condicionantes para las generales
Aunque el crecimiento de partidos como el PT y el PL es notable, es importante resaltar que las elecciones municipales no son un indicador claro ni condicionan las elecciones presidenciales. En muchas ocasiones, el poder local se define por dinámicas diferentes a las nacionales, lo que permite que partidos de centro o de alianzas regionales obtengan victorias significativas. De hecho, tanto Lula como Bolsonaro han visto crecer su influencia, pero también han perdido terreno frente a partidos tradicionales como el PSD y el MDB, que han consolidado su dominio a nivel local.
De acuerdo con un análisis reciente de The Intercept Brasil, muchos candidatos apoyados por la extrema derecha bolsonarista fracasaron en sus respectivas contiendas municipales. Esto demuestra que, a pesar del crecimiento de Bolsonaro a nivel nacional, su apoyo en algunas regiones no se traduce directamente en victorias locales, lo que refuerza la idea de que el escenario político puede variar considerablemente entre elecciones municipales y generales.
- Bolsonaro inhabilitado: situación aún no decidida
Aunque Bolsonaro fue inhabilitado por el Tribunal Superior Electoral (TSE) por ocho años, lo que le impide participar en las elecciones de 2026, su situación no está completamente decidida. Existen varias medidas que su equipo legal está considerando, como apelaciones ante el Supremo Tribunal Federal (STF) y posibles providencias cautelares que, si fueran aceptadas, podrían permitir su candidatura mientras se resuelven los recursos.
Además, aunque improbable, también existe la posibilidad de que se promulguen cambios legislativos que modifiquen los criterios de inhabilitación o reduzcan su duración. Esto depende de factores políticos que todavía están en juego, por lo que la candidatura de Bolsonaro para 2026 aún no está completamente descartada.
En caso de que Bolsonaro no pueda ser candidato, el bolsonarismo ya contempla una serie de nombres que podrían representarlo, entre ellos Tarcísio de Freitas (gobernador de São Paulo), Flávio Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, Michelle Bolsonaro, y el gobernador de Goiás, Ronaldo Caiado. Ninguno de ellos se destaca como la única opción principal, y todos tienen posibilidades de emerger como los herederos del proyecto político de Bolsonaro en 2026.
- Posibilidades para las elecciones presidenciales de 2026
El escenario para las elecciones presidenciales de 2026 es aún incierto. Si Bolsonaro no logra revertir su inhabilitación, el bolsonarismo podría buscar otros líderes como Tarcísio de Freitas, Flávio Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, Michelle Bolsonaro, o Ronaldo Caiado, gobernador de Goiás, que ha ganado relevancia en el espectro de la derecha. Estos nombres están igualados en las expectativas dentro del bolsonarismo, pero ninguno destaca aún como una opción definitiva.
Por otro lado, en el lulismo, destacan figuras como Fernando Haddad, Geraldo Alckmin y Guilherme Boulos, quienes podrían competir por la presidencia con el apoyo de Lula y su base electoral.
- ¿Una tercera fuerza emergente?
Además de la disputa entre lulismo y bolsonarismo, existe la posibilidad de que surja una tercera fuerza política. Nombres como Simone Tebet (MDB), quien ganó relevancia como candidata presidencial en 2022, y Ciro Gomes (PDT) intentan posicionarse como opciones para un electorado que rechaza la polarización extrema. Este grupo de políticos centristas busca captar a los votantes insatisfechos con la constante lucha entre los dos bloques dominantes.
Las municipales como preludio de las presidenciales
El balance de las elecciones municipales sugiere que tanto el bolsonarismo como el lulismo siguen siendo fuerzas dominantes. Sin embargo, el crecimiento del bolsonarismo ha sido más acelerado, lo que plantea la pregunta de si este impulso se mantendrá hasta 2026. Las elecciones del 27 de octubre, particularmente en São Paulo, serán decisivas para medir quién tiene más fuerza en el actual escenario político brasileño. Aunque el lulismo y el bolsonarismo dominan actualmente, el surgimiento de una tercera fuerza es un escenario a observar de cara a los próximos años. Las municipales son solo una escaramuza en la batalla que está por venir en las presidenciales de 2026.